Creo firmemente en el poder de la sobrada y la ofensa para introducir calidez en las relaciones humanas.
Me he visto envuelto últimamente en situaciones en las que te faltas con personas con las que no tienes mucha confianza y se lo toman medio mal. Dónde está el problema? Claramente en ellos.
Faltar es acercar. Si trabas una conversación con alguien y te enteras de que es, pongamos, belga... Qué mejor que sobrarte con ese país, que además se lo merece? Si dices que Bélgica es una gran nación, Bruselas es muy bonito y el tiempo es estupendo, la conversación no tiene mucho más recorrido. Si dices que es un país de burócratas y gente aburrida o que la seleccción de fútbol cada vez da más asco, estás provocando un give-and-take guay. No se puede negar esto.
Qué hacíamos en el colegio cuando nos gustaba una chica? Le decíamos qué vaya lazo tan bonito llevaba o nos metíamos con ella? Nos metíamos con ella en plan simpático, claramente.
No hemos cambiado tanto. Quizá ahora tengamos alguna cana, arruga u ojete más, pero seguimos siendo esencialmente las mismas personas.
Además, la gente que no es capaz de aguantar una sobrada simpática tampoco merece tanto la pena.
Sóbrate de inicio y así haces filtro.
AGUR!
6 comments:
WORD! Barri
Alguien dijo alguna vez que los belgas son los gitanos del norte, por su caracter ligeramente traicionero. Si dicho eso ni se mosquea podremos decir que ha superado el filtro y es un belga enrrollao.
O los gallegos de Europa!
Totalmente de acuerdo. Vivimos en una sociedad de apariencias y falsedades, donde hay que actuar de manera casi victoriana (se aceptan rimas). Abajo las personas planas y políticamente correctas!!
Buen articulo imbécil! (lo digo porque aun no llevas bastón)
No te entendí.
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