Dos de las tres últimas Nocheviejas las pasé en el verano argentino, que está de p*ta madre. La del año pasado estuvo especialmente simpática. Hubo risas, jumor, piscinismo, buen tiempo... Y hubo también degustación de un cerdo actor. El gorrino había protagonizado algún anuncio de televisión y llegó a nuestros estómagos gracias a que su profesor de interpretación es amigo. Primero le enseñó y luego lo mató con sus manos. Bastante hardcore el tema, como veis. Por un lado me daba un poco de lástima comerme el cerdo, pero por otro me resultó cachondo.
Hace poco se me ocurrió que había ciertos paralelismos entre el animal y Franco. Salió mucho en la tele y su muerte provocó bastante alegría (en mi caso, porque estaba muy rico). Y sí, el bicho quizá ya daba un poco de pena. Pero tampoco nos engañemos: al final no era más que un cerdo!
AGUR!
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2 comments:
Pues mu rico el guarrito. Feliz año!
Esto es de lo mejor que has escrito en tu vida. Sobre todo la frase final, juas.
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