Monday, October 22, 2007

Sociología gym

Llevo algo más de un mes yendo al gimnasio. Un poquito cansado de salir a correr todos los días, le empecé a dar al gym por probar. Balance bueno por ahora. Aunque he perdido fondo y resistencia, también es cierto que he ganado en fuerza y en palidez. Y no me resulta tan aburrido como esperaba, en parte porque puedes observar a un montón de gente. Vamos a clasificarla en grupetos:

- Púberes gordos/as: Evidentemente están ahí porque sus padres les obligan. No me cuesta nada imaginar cómo llegaron a ponerse fondones viendo como se ejercitan en el gym la mayoría de ellos. Hay excepciones honrosas, no obstante. Y el que se esfuerza obtiene resultados. En un mes hay uno de ellos que está en un peso mucho más homologable. Luego hay otro que tiene la camiseta del Barça que dan ganas de meterle una h*stia por vago y por quemar el dinero de sus padres de forma tan vergonzosa.
- Pesas people: Hay un montón de tipos, los más hinchados, que no abandonan la zona de las pesas. Son los que más socializan con otros seres humanos ya que no salen de su radio de acción de 20 metros cuadrados. Se ayudan los unos a otros y nunca tienen conversaciones inteligentes. Si son tan sacrificados en otras facetas de la vida como lo son para levantar mancuernas les auguro gran éxito. El otro día vi a uno muriendo en un ejercicio en el que sólo movía la muñeca. No me j*das.
- Monitores: Hay uno que se parece a Jorge Fernández que se lo curra ayudando a la gente. El resto pasa bastante del trabajo. De hecho, estoy empezando a dudar de si en realidad son monitores o es una impresión que tuve yo los primeros días... Pues igual va a ser eso.
- Hot b*tches: Abandonan la clase de aerobic, step o alguna de esas m*erdas y entran en la sala común por alrededor de 40 minutos. Sorprendente el bajísimo número de hachazos que reciben. Y eso que es un gimnasio con nulo ambiente gayer.
- Veterans: Hombres normalitos a simple vista que resultan ser la bomba. Mueven pesos espectaculares en las máquinas y suelen tener pecho palomo. Algo humillante cuando luego te toca poner la tercera parte de peso de la que ellos estaban utilizando en el mismo aparato.
- El gitano: Disciplinado y serio, pero con dudosos hábitos higiénicos. La única persona a la que he visto echarse gomina sobre pelo sudado.
- Ass girls: Únicamente usan las máquinas en las que se trabajan músculos de la cintura para abajo. Son las más facilitas y sólo las utilizan habitualmente chicas. Bueno, y también el niño de la camiseta del Barça, que ya os digo que es para darle una h*stia.

(Miedo conjurado: Uno de los grandes sustos a la hora de hacer ejercicio es un gimnasio es si no se te escapará un pedo al hacer fuerza en alguna máquina. Por ahora éxito total en ese sentido. Eso sí, diré que la máquina de fortalecer la zona femoral tiene mucho peligro. Watch out!)

(Off-topic: Jorge Lorenzo es subnormal total, pero no consigo odiarle a bloque porque se parece demasiado físicamente a mi. También porque es tan claro que está interpretando un papel que ya da cosica. BTW, tiene escrito "voy a acabar mal" all over him).

AGUR!

Thursday, October 18, 2007

DonSimón Crest


Hola muchachada, pronto restañaré con delirium tremens la bazofia que ha esparcido el puto eljorje en este insigne bloj. Sí, joder, con jota.

Lo que voy a contar es tan gracioso como lo que me dijeron hace dos días entre cojonudas tapas madrileñas: Una tía estaba jugando al mus por primera vez y gritó: "¡muérdago!".

Por eso, joder, que no tiene gracia. Es algo que me jode mucho: las colas de los supermercados. Menos mal que no hay armas accesibles a la población.

Primero, mientras haces tu compra asistes a escenas como:

* Dos viejas se pelean porque una se ha adelantado al número que le tocaba. Mientras éstas discuten el melón del pescadero ayudante sigue dándole al botoncito y se une a la trifulca otro dúo, formándose un duelo al más puro estilo WWF. Y tú cagándote en todo.

* Una vieja te ve con cara semidespistada y hace ademán de colarse y hasta que no pones cara de 'PERO-QUÉ-COJONES-HACES' no te suelta el 'ay que no te he visto'.

Ya estás hasta los cojones y entonces llega el momento de la verdad, la cola. Siempre la cago, porque me fijo en otra persona que llega al mismo tiempo que yo y se pone en otra cola y SIEMPRE llega primera a la dependienta. Creo que hay varios factores en los que fijarse que no tienen nada que ver con la longitud de la cola o el típico carro gigante que lleva 134 productos, que es lo que nos suele hacer decantarnos por una u otra fila.

* Edad: elude a toda costa colas con tres o más viejas. La ecuación podría ser Tv=Tj*3, es decir que una vieja tarda el triple que un joven: meter los productos en las bolsas, siempre quieren pagar el exacto y se ponen a rebuscar en su puto monedero los céntimos y luego comprueban tres veces que no están pagando mal.

* Dependienta: se ve a la legua quién acaba de coger el turno (más fresca) y quién está a punto de cogerte la cabeza y pasarla por el láser. También es muy importante el factor novata o experta. A la novata siempre se le bloquea la máquina del cambio, jodiéndote as usual pese a las precauciones tomadas. Por cierto, creo que nunca me ha atendido un dependiente masculino.

****Ahora bien, todo lo anterior no vale nada porque a eso de la 13'00, antes de la gran congestión de la hora de comer, es cuando hay que ir. Está tirado. Haces la compra silbando y pasas por la caja registradora a toda ostia. ¿por qué? porque es la hora ChanningBorrachas!!! Sí, las filas siguen congestionadas como siempre, pero ahora dos de cada tres viejas llevan seis tetrabricks de vinacho Don Simón o doce latas de Mahou!!! Curiosamente, las viejas adictas al bebercio poseen una chispa única y pagan rápidamente sin causar demoras. Si Chad Vader consigue que dominen la hora de comer, estaremos salvados.



Sunday, October 07, 2007

Mocos y abejas

Cuando pasas frecuentemente días de mocos (como servidora de septiembre a marzo), uno ya sabe reconocer el último moco nada más expulsarlo. Hay algo en la textura y en el sonido al echarlo que te dice, "Se acabó." Y no hay fallo posible.

(Hoy me ha picado una abeja por primera vez. Pensé que ojalá no fuera alérgico y que lo iba a descubrir en los siguientes minutos. También pensé que como me pillaba de paso, si era alérgico podía entrar al clínico y ya. "O podías entrar directamente al tanatorio, que también te pillaba de paso," dijo mi hermana. Qué cachonda).

AGUR!