Tuesday, October 14, 2008

En portada

Me sentó mal que no se fuera todo a la m*erda ayer y mi pronóstico del viernes quedara en ridículo. No se puede acertar siempre, pero sabemos que la Bolsa volverá a hacer catacrocker de nuevo dentro de poco. Y hasta de eso se puede sacar partido.

Se me ha ocurrido una forma de salir en la portada del periódico sin tener que hacer méritos ni recurrir al clásico magnicidio. Si os levantáis un día y escucháis que los mercados se están hundiendo, vestíos bien e id a la Bolsa, que creo que dejan entrar a cualquiera. Cuando vengan los fotógrafos, mirad los paneles con los numeritos, poned una mano en la boca y la mejor cara de pánico/decaimiento que tengáis aunque os importe una m*erda lo que está pasando. No hay foto más clásica que esa para una portada. Con suerte estaréis en la primera página de un diario al día siguiente. Que no molaría tener la portada enmarcada luego en casa...

Ya si después te secuestra tu vecino albanokosovar porque te vio y se piensa que eres un ricachón, pues oye, todo tiene su cara y su cruz.

AGUR!

5 comments:

Anonymous said...

Las mafias albanokosovares también están en crisis? Las "rescatará" también el gobierno? O con la vuelta al "dinero bajo el colchón" van a vivir una nueva etapa dorada, cual Marbella en los tiempos de Gil?

Haters said...

Las rescatará el gobierno de Pristina, imagino. Según escuché hubo varias ciudades kosovares que vivieron en 2007 exclusivamente de lo que sacaron de casa de Jose Luis Moreno.

atandocabos said...

Salimos con amigas en la tele cantando en la calle huevá a cascoporro cuando le ganamos a Italia en el mundial '90. Verse eufórico después de unos días no es nada pintorescor.

Otra opción: plantarte con una cacerola y un cucharón a hacer ruido frente al banco "amargo que te curró la guita".
("cobarde que te estafó el dinero", vamos tío acá tenemos expresiones guays que molan mogollón).

Anonymous said...

Recuerdo ese partido. Fue tan bonito como la matanza del cerdo.

Huskie said...

Otra opción es echarse a la calle y romper escaparates, como en las crisis de verdad.