Para empezar, puto Eljorje, tus coqueteos con Morfeo me la traen muy floja. Más aún tu interés por un deporte que ha sido arrasado por los pelo-ceniceros que rinden culto al Gran Fabadas. Como te comenté una vez, no creo que tú te hayas levantado creyendo de verdad que has matado a tres personas y no sabes dónde coño pusiste los cuerpos; o cuando un ángel mexicano otorgóme máximun power. Me sentí omnipotente y desaté un pequeño apocalipsis.
Bueno, atiende. Atiende o te mato. Viendo tu repugnante foto he pensado en esa generación perdida, los engominaos. Esa raza superior cuya seña de identidad consistía en echarse una plasta gelatinosa, el símbolo inequívoco de que eran los putos amos de la letra 'p': pasta, pelotazo, PP, pasta, putas, perico, puros, pasta, pacaharán... descontando a los mejores, Sheen y Douglas en Wall Street, propongo este top faif casero:
Qué podemos decir: Mario Conde nos hizo creer por un instante que todos podíamos meternos farla con billetes de diez mil. Peja nos hizo soñar con goles en fuera de juego y orgías con Davor y Seedorf en la Avenida Brasil. Don Alessandro... púdrete en el infierno, pero antes dale con todo ese rabo-photoshop a la perrrra de Ana. Bigotitos traía de cabeza a todas las abuelas viciosas y ultracatólicas de Valladolid, y El Ruiseñor del Andamio sabría descifrar el mensaje secreto de Naim.
Se admiten sugerencias... por una vez.
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