Das más asco que la concha de tu madre con vainilla

Me he levantado con una resaca muy amable después de un fiestorro donde todos nos pusimos muy bolillón. Yo no mezclé demasiado: un poco de marija y después Martini con vino blanco (limonada). Despertéme al poco de potar y puse la TV antes de reptar de nuevo al sobre. Echaban las Tortugas Ninja. Es la cosa más freak que han parido los dibujos animados: tortugas y artes marciales; es como unir a Bush con los derechos humanos, Sardá con periodismo, Ana Botella con pajas... bueno joder, hasta el Puto Eljorje lo pilla.

El caso es que yo fui uno de los primeros fans, comprándome este muñeco en unas navidades unos seis meses antes de que estallase la fiebre en España. Después indagué y pillé los cómics originales; las tortugas de los cojones tenían el mismo color de antifaces y eran más violentas que el mítico Lobo... bueno, no tanto, pero repartían ostiaxxx. La pa$ta se encargó de pervertir un comic underground llegando a su cénit cuando en la segunda película las conchas de sus madres se ponían a bailar un rap de Vanilla Ice. Por cierto, Robert Van Winkle (su true name) no pudo con su fraude -vendió once millones de discos usando el sample de 'Under Pressure' de Queen- e intentó suicidarse en dos ocasiones en 1994. El 16 de agosto, o sea hoy, saca otro disco (se pasó al rap-metal haciéndose amigo de KoRn y de los raperos payasos, Insane Clown Posse). Total, lo que quería decir es que no me gusta la vainilla; ¿a quién cojones le gusta? o te gusta la nata o el chocolate. La vainilla es para gilipollas.

Ciado Chimo