Echo de menos tocarme las bolas

Después de cuatro años en el mundo laboral, empiezo a saborear lo que es currar de verdad, ocho horazas e incluso un poco más. Tampoco todos los días, claro, juasjuas. El caso es que por supuesto ya hemos desarrollado una nueva actividad en el curro para amenizar los ratos en los que nos tocamos las bolas. Le estamos dando fuerte a la POWERBALL, algo así como la evolución hardcore de la peonza aderezado con toques ochenteros (ese neón) con colores vivos, como las jodidas manos locas que en cuanto cogían polvo (5 minutos) ya no se pegaban a nada. La verdad es que es adictivo de cojones, os lo recomiendo. Es un juego realmente igualado, porque se exigen solamente dos condiciones:

*fuerza en los brazos: todos los tíos normales somos delgados, sin masa muscular y con tripa. Aquí todos empatados.

*flexibilidad y potencia en la muñeca: todos los tíos normales nos masturbamos llueva o truene. Consecuencia: tenemos muñecas de puta madre y percibimos a la perfección la fuerza centrífuga y centrípeta de la Powerball. Todos empatados.

Nadie gana, todos perdemos el tiempo y recordamos con alegría cuando hacíamos lo mismo en el patio del colegio.

Por cierto, evidentemente las tías aquí no tienen nada que hacer. NADA. Sirva este vídeo como ejemplo. Para ver cómo lo hace un tío normal, aquí. Diferencia abrumadora. Supongo que cuando inventen la FingerBall nos daréis un baño vosotras.





PD: Puto Eljorje, lo más llamativo no ha sido el partido de fútbol, sino cuando Iñaki Cano, el bigotes comentarista, ha dicho "la gent catalana", haciéndose el catalán guay. Odio el puto buenrollismo que impera en estas tierras... Y NUNCA ME ECHARÁS DEL BLOG, BITCH!!!!!