No sé muy bien como valorar este fin de semana, pero ocurrieron cosas un poco asín.
Viernes: Conozco a una chica guapa y muy maja que viene desde Londres en el tren camino a Madrid. Muy maja y con problemas vitales también. Lleva una maleta enorme y pesada que le ayudo a bajar del tren poco después de salir del vagón yo. Para el que no lo sepa, yo, aparte de caballeroso, soy un poco Urkel. Así que al ayudar a bajar su maleta, empujo la mía a la vía -- justo debajo del tren. Stuff happens.
Sábado: Conozco a Pollito de California en una parada de autobús. Es como Nick Nolte, pero en borrachín. Oops!
- Yo: Tu eres Pollito de California, no? (le tiendo la mano al verle llegar tambaleante).
- Pollito: Zí, zí (estrechando mi mano).
- Yo: Te vi el otro día en la MTV. Estuvo muy divertido.
- Pollito: Cómo? Ah zí, en la Eme Te Uve. Nos lo pasamos bien.
- Yo: Qué haces aquí? Yo pensaba que vivías en Cádiz, no?
- Pollito: No, hombre. Yo vivo en Graná. Pero ahora es que voy a tocar a un sitio. Ha pasado el 51? Es que tengo que estar allí a las 11.30.
- Yo: Ni idea. Pero ya son las 11.30. Mira, ahí viene.
Se sube y se despide agitando el brazo así desde dentro del bus. Yo me quedo solo y risueño.
Dómingo: Vuelvo a casa en tren sentado junto a un ecuatoriano borracho.
- Ecuatoriano borracho: Queda mucho para Villalba?
- Yo: Me parece que hemos dejado Villalba atrás hace una hora.
- Ecuatoriano borracho: No, no.
- Yo: Sí, sí.
El ecuatoriano se queda tan pancho y sigue bebiendo una cerveza. Envidio la tranquilidad de los sudamericanos.
AGUR!
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