Monday, December 26, 2005

Mi gatekeeper

Después de mil años sin acordarme de él, surgió en días consecutivos y en sendas conversaciones el tema del juego de mesa Atmosfear. La primera, el sábado con Barry y sus amigos burgueses. La segunda, el domingo cuando subió a casa Jaume, un colega de toda la vida.

El Atmosfear es un juego de mesa bastante raro que me pillé hace alrededor de 13 años y en el que los jugadores recibían instrucciones a través de una cinta de video de un personaje extraño y mutante: el gatekeeper. La cinta duraba justo una hora y a lo largo de ella el tipo se deterioraba físicamente a un ritmo incluso superior al de Belén Esteban. Y tenía mala h****, además. Había que dirigirse a él siempre como "mi gatekeeper."

Mi teoría del sábado era que el Atmosfear y todos los demás juegos de mesa habían muerto a manos de la PlayStation. Que eran ya solamente un reducto de diversión freak para reuniones de amigos porreros.

Error.

Yo ya no me acordaba, pero el Atmosfear llevaba varios años en posesión del colega que subió el domingo a casa. Me lo pidió su brother hace un montón de tiempo y evidentemente yo no lo echaba en falta. P**** casualidades de la vida: el sábado noche, mientras yo formulaba mi teoría sobre la muerte de los juegos de mesa, Jaume (nada freak) jugaba al Atmosfear en casa de los tíos de su novia (que tiene miga hacer eso en Nochebuena, pero bueno).

Lo mejor de la noche fue cuando encontraron las anotaciones en un papel/cartulina de la tía de la novia de Jaume una vez terminado el juego.

"Por qué has puesto en esta cartulina Miguel Quíper, tía?," preguntó la novia de mi colega.

"Es que claro," dijo la mujer, "no me acordaba del nombre del señor del video, y como había que decirlo todo el rato: Miguel Quíper, Miguel Quíper..."

Miguel Quíper. Mi gatekeeper. Al final es todo lo mismo.

Los juegos de mesa siguen vivos. Te j****, Sony.

AGUR!