Dejad de chupar

Primero el Erika, que si Vilma, Katrina y p*** madre. Y ahora el Leonor. Siempre me hago la misma reflexión: en la Edad Media el pueblo, oprimido como ahora el africano, el indio y muchos otros, encontraba en el cotilleo sobre la realeza, sus explotadores, consuelo y diversión. Diez siglos después seguimos con la misma mierda. Que sí, ole Juan Carlos por -supuestamente- haber ayudado la ostia para que no hubiese una Civil War II. Yo también estudié una vez de puta madre repitiendo COU y por eso no me dieron de regalo tres licenciaturas. ¿Por qué cojones aún existe la monarquía? ¿Y el ABC? Da igual. La verdad, me reconforta pensar que un día un huracán diez veces más grande que la cabeza del jodido Urdaci nos quitará de enmedio. Así los protozoos y las cucarachas recuperarán su trono, hecho de honesta mierda en lugar de oro vaticanesco.

El que quiera alguna alternativa a estas próximas dos semanas en las que la TV se llenará de pañales con hilos dorados, pseudoperiodistas hablando de toda esta basura, meteros en http://www.emuconnect.com y en sus links para bajaros este ranking de las mejores 10 recreativas retro. Con esto y el San Andreas, inmunes hasta de ¡¡¡Emilio Aragón!!!

1. Out run. Está hasta en el Wikipedia. Cumplía el sueño de todo hombre: primero, eliges la música del coche, te montas en un Ferrari con una rubiaza y te recorres desiertos, tierras de tulipanes y peligrosos altiplanos. Rápido y genial por 25 pesetas.
2. Pang. La división celular en rollo hardcore. Nunca unos aliens fueron tan inofensivos (unas putas bolas que botan!!), pero define perfectamente a la raza humana: qué adictivo es destruir.
3. Snow Bros. Para refrendar lo dicho en el punto 2 sobre la raza humana: todo el que haya jugado a este pedazo de juego sabe que al primer jefe de nivel, cuando muere, le puedes seguir metiendo de ostias porque te dan puntos.
4. Street Fighter II. Más ostias. No había 500 movimientos como en los juegos actuales de lucha como el puto Tekken. Cubrirse, una buena patada voladora... Control total y que no daba opción al que no tiene ni puta idea y sólo le da a los botones. Vega, el puto amo.
5. Wonder Boy III - Monster's Lair. Esta saga superaba 100 veces a otros juegos japos. Este era más mata-mata que rollo rol (compra-descubre objetos mágicos). ¡Mata!
6. Rampage. Joder, quién no querría ser el puto King Kong para comerse al hijoputa del vecino de abajo que te jode fiestas? O para destrozar de un pisotón el chalet de la sierra de tu jefe? O para jugar al béisbol con la casa real?
7. Metal Slug. De lo último era lo más divertido, porque era una auténtica fantasmada: dos tíos que parecen George Michael y su concubina en Wham reventando auténticos Leviatanes.
8. Teenage Mutant Ninja Turtles. 4 jugadores a la vez. Lo mejor de todo es que podías atacar a tus compañeros de juego; quitarle a uno la pizza que le rellenaba toda la vida cuando tú tenías todas las barritas menos una fomentaba amistad. Y patadas.
9. Virtua Striker. El mejor plan con 16 años -sí, viví una adolescencia traumática- era jugar un partido de futbito de resacón y luego jugar unas partidas a este patético juego que eso sí, tenía a la España de Clemente en el Mundial de USA 94. Salinas, bastardo!!!!
10. Miss World 1996. Está demostrado que los japos están locos. Les encanta el Mahjong, un juego de dominó raro, pero estas máquinas, insulsas a más no poder, ganaban en interés porque si pasabas de nivel despelotabas a una tía. Este juego en concreto era en plan rellenar superficie a modo de araña que teje una tela. Tenía estrategia no te creas, pero no tanta como intentar ligarte a una tía.